Inevitablemente cuando pensamos en Australia, pensamos en canguros y koalas. Y es correcto que así sea nuestra idea del país, porque hay 57 millones de canguros salvajes en el continente rojo, tres veces la población humana. Desde los pequeños llamados Wallabys, hasta los colorados y  gigantes boxeadores. Se pueden ver en cualquier campo, algo así como en Nueva Zelanda ovejas o en Argentina  vacas.

En Camberra, la capital de Australia, autorizaron el uso de la píldora anticonceptiva para canguros, la asociación de protección de animales, dijo que es mejor esto a que los maten, ya que miles de canguros son sacrificados por año. El control de natalidad se debe a que estos marsupiales están invadiendo zonas rurales y provocando muchos accidentes viales. Muchas camionetas y camiones utilizan unos protectores contra canguros en sus paragolpes. Les recomiendo que no manejen de noche en Australia, ya que las luces del auto los encandilan, se asustan y se tiran encima del vehículo provocando desastres. Y si encuentran carne de canguro en el supermercado no se sientan tan mal si deciden probarla, es bastante rica!!!

Koalas,en cambio, son más difíciles de ver. Aún así cerca de Melbourne, en la Great Ocean Road, específicamente en Kennett River, hay un parque, muy próximo a una cafetería, donde vive una familia de koalas. Arriba de los árboles de eucaliptos los pude ver, luego bajaron y caminaron al lado mío. Son hermosos, todos felpudos, lentos y dormilones. Duermen 16 horas al día y cuando están despiertos, parecen borrachos, caminan chocándose con todo, esto se debe a su alimentación; que se basa en hojas de eucaliptos.

Su metabolismo extremadamente lento le permite retener la comida en su sistema digestivo por un largo período de tiempo, maximizando la extracción de energía de ella. El sistema digestivo del koala está especialmente adaptado para eliminar los componentes tóxicos de las hojas, que para la mayoría de los animales es venenoso.

La población de koalas actual en Australia está por debajo de los 100.000, muchos fueron perseguidos en las últimas décadas por su suave pelaje y en la actualidad se creen que mueren 4.000 al año por accidentes de tránsito o cazados por los perros. 

Si están por Tasmania no dejen de visitar Bonorong, un santuario donde podrán ver desde mucho más cerca koalas, canguros y demonios de tasmania.