Saunas finlandeses: una cuestión de honor

Saunas finlandeses: una cuestión de honor

Es lunes y tenemos una invitación de nuestro jefe para compartir unas cervezas en el sauna. El encuentro está planeado 20.30hs.  Yo tengo fiaca y no quiero salir de casa. Hace frío en el verano sueco. Pero he leído que es un honor que te inviten a una sauna,  y no podés declinar una invitación, a menos de que tengas una buena razón.

Llevó en la mochila una toalla, la malla y unas cervezas. ¿Algo más necesito para ir al sauna?

Llegamos al pueblo dónde nos citaron, está todo oscuro y no vemos nada, hay un hotel abandonado o cerrado. Los vecinos ya están durmiendo. Llegamos tarde como siempre. Son las 20.50hs. Joaquín, nuestro jefe, vive por acá pero no tenemos ni idea de cuál es su casa. Damos unas vueltas, gritamos su nombre y de repente nos ve. Viene a nuestra busqueda. Está desnudo, bueno casi desnudo, con un traje de baños rojo…pero hace 3° afuera y yo estoy con mi campera de plumas. ¡Qué hombre bravo!

Cruzamos un puente de madera que atraviesa el río y nos presenta el sauna. Es hermoso. Tiene una sala de espera y donde pudimos cambiarnos la ropa. Joaquín nos esperaba con una gran picada: quesos, salames y dulces frescos y muchas cervezas que estuvo enfriando en el río.

Es hora de la verdad, hay que entrar. No me gustan mucho los saunas, ni el calor, tengo presión baja y me mareo fácilmente. A Karel tampoco. Ya está suficientemente caluroso en la sala pre-sauna. Inhalo hondo y entro. Adentro la temperatura rondará los 80 -85 °. Joaquín dice que para aromatizar el lugar en finlandia se le echa una cerveza al agua con que regas el sauna, esto le da un aroma a levadura de pan. Es verdad, huele muy sabroso.  Además es tradición echar un cubilete de agua por cada participante. Ahora somos 3 y agrega tres ollas de agua. Cada olla que le suma aumenta el calor y la cosa se pone calurosa de verdad.  Ya me cuesta un poco respirar, no sé si hacerlo por la boca o por la nariz.  El calor me quema de todos modos la garganta y las fosas nasales. Siento que es suficiente, antes de desmayarme, mejor salir.

Ahhhh! Afuera se siente bien! Ahora viene lo mejor. Joaquín, qué es mitad sueco por parte de padre y  finlandes por parte de madre conoce todos los trucos y beneficios del sauna y quiere mostrarnóslos.
Entonces ahora nos lleva al río. Nos acercamos de a poco porque el barro resbala y con ciudado nos metemos en las aguas congeladas de deshielos. Joaquín sin problemas se sumerge completo, nosotros de a poco y gritando de frío nos refrescamos completos. El cambio de temperatura se siente muy bien.

Estamos cerca de Funäsdalen, un centro de ski en el norte de Suecia y este sauna es público y gratuito para todos los vecinos. También hay otro sauna, que nos gustaría visitar pronto, que está emplazado en un barco en el río.

La idea del sauna es limpiarse por dentro y fuera. Además compartir el sauna con gente es algo que nos une: cuando estás desnudo, en todos los sentidos de la palabra, puedes estar seguro de no ocultar nada. Se dice que en Finlandia, las decisiones más importantes se realizan en el saunas, no en las oficinas. Es cierto, los finlandeses van desnudos a el sauna incluso con extraños. Para ellos no es una gran cosa, vos podés quitarte la ropa sin preocuparte si te sentís más cómodo o cubrirte con una toalla.

Después del sauna notarás sus beneficios, además de lo suave que quedará tu piel. La madre naturaleza es sabia.

Joaquín nos cuenta que lo primero que hizo su abuela cuando llegó a Suecia fue construir un sauna y alrededor de el se armó la casa. Y así se hace en Finlandia donde el sauna ocupa el lugar más importante del hogar.

Los finlandeses no solo entienden a el sauna como una «purificación» de cuerpo, ven en ella también la «purificación» del espíritu. Hasta la segunda guerra mundial era el lugar donde se daba a luz y se preparaba el cadáver para el entierro.

Hoy en día además de ser un lugar de recogimiento el sauna se convirtió en un sitio donde mostrar bravura. Desde 1999 en Finlandia se realiza el mundial de saunas. Sus competidores aguantan temperaturas de más de 110 grados centígrados. En 2010 se enfrentaron en la final un ruso y un finlandés. Ambos dijeron que dejarían todo por el orgullo de ganar este campeonato, si es necesario la vida. Así fue ambos finalistas colapsaron después de un poco más de seis minutos en el calor extremo. Y Vladimir Ladyzhensky fallece luego de la competencia.

Al final de tres rondas de saunas y varias cervezas creo que me siento relajada, con la sensación de haber limpiado mi cuerpo y mi mente. Estoy dispuesta a volver a casa y dormir como un bebé. Agradezco la invitación tan generosa de  Joaquín, que con tanto entusiasmo nos mostró de su cultura.

Pero parece que la noche no terminó, nuestro jefe quiere mostrarnos algo más y no ofrece un tour nocturno en su auto en busca de ciervos, alces y osos!!

Así es la vida en Suecia!

Hasta la próxima amiges!! Si querés ver más fotos seguinos en  Facebook y en Instagram 

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